jueves, 18 de junio de 2009

Cómo, por qué, para qué, en Uruguay.

Es un librito naranja, chiquito y finito, publicado en edición de bolsillo nada más, que se hace las preguntas del título. Lamentablemente estamos bien se llama, y fue escrito por una venezolana que se radicó en Uruguay. Como vendedor en una librería debo decir que la gente se interesa apenas se le comenta el tema del que trata, a pesar de lo poco solemne de su presentación estética. Alcanza con decir, "describe a los uruguayos, cómo somos y las cosas típicas que hacemos en cada ocasión (a saber; mate, salida a bailar, encare del sexo opuesto, etc.)", y lo compran, tanto extranjeros como compatriotas uruguayos. Se ve que hay sed de entendernos, y de que tenemos sed de entendernos. Total, no sale caro y por ese pequeño monto el público se saca la curiosidad.

Desde un guarda de transporte colectivo que cobra con el glande al aire a través de una rajadura de su pantalón, al frío del invierno o las conversaciones "pasajeras" que con los uruguayos no lo son tanto, pasando por los problemas de cambio al pagarle a un taxista; las anécdotas relatadas arman un retrato ingenioso. Las preguntas (las del título, otra vez) no encuentran muchas respuestas a lo largo del libro, tal vez alguna sí, pero no demasiadas. Lo interesante es cómo llega la autora a esas interrogantes. Vernos a través de los ojos de esta extranjera resulta por lo menos entretenido, aunque los efectos pueden ser más, y también, más profundos.

Hay muchos privilegios que tiene Uruguay, y mucho que los uruguayos tienen para agradecer. Pero por costumbre o por distracción, puede ser que no sean apreciados en forma habitual. Esta venezolana ayuda a ver esas cosas y a valorarlas más. También ayuda a ver cosas negativas acerca de nosotros mismos, que tampoco está mal tener en cuenta y recordar.

El estilo de redacción merece la pena más allá de los contenidos. La autora es licenciada en letras y esto le da un buen manejo de la escritura, que a su vez le da gran originalidad a los artículos. La lectura se vuelve así más atrapante y divertida, porque uno disfruta de cómo está contado lo que se cuenta.

Cada pequeño artículo - originalmente publicados en un diario de Montevideo - lleva dos o tres páginas, por lo tanto el libro puede leerse en varios momentos, como un viaje en ómnibus, una sala de espera, o incluso tal vez... en fin, cada uno sabrá encontrarlos (¿Qué opinas, Leila?). Es un libro que acompaña a todas partes, porque su contenido está organizado en artículos breves, y porque su formato de edición es pequeño y portátil. Pero seguro que incluso después de leída su última página y cerrado el libro, acompañará al lector por mucho tiempo.

jueves, 11 de junio de 2009

Una fiesta y una venganza

No hay ninguna muerte trágica, inesperada; ni un accidente desgarrador, pero El Baile (Irène Némirovsky) es un drama que pone los pelos de punta. En esta novela breve de muy pocas páginas, es increíble la rapidez con que el lector llega a odiar a uno de los personajes, aunque no sea un asesino serial sino una madre que desprecia a su hija de catorce años. No es que no la quiera, pero es incapaz de manifestarle cariño porque está demasiado ocupada con lograr su posición frente a la alta sociedad de París en los años veinte. El padre, por su parte, tiene un carácter débil y está más concentrado en su trabajo, que mantiene la fortuna reciente de la familia.

La situación entonces, deja el campo libre a la madre para ser reina de la casa y meterse en la vida de los demás, sólo para que la suya pueda ser más libre y a su antojo. Entonces organiza el baile, en donde podrá ostentar de su riqueza, sus adornos, su ropa y sus alhajas. Los demás hablarán de ella, porque será la que posee más riqueza, más allá que el responsable de haberla logrado sea su esposo.

Para la hija, el baile será - al menos - una oportunidad de lucirse; mostrar su cuerpo de mujer, ver qué tanto la mirarán los hombres, sentirse la adulta que desea ser y en parte, ya es. Un descanso de la opresión de su vida cotidiana, subordinada a los caprichos de su madre. Hasta que se entera que no será así. Ella es, en la boca de su madre, todavía una "niña", una mocosa que no está apta para participar en un baile de adultos. Tendrá que permanecer recluida en una habitación, que ni siquiera será la suya porque esa será usada para los abrigos de los invitados. La chica se quedará en la habitación del fondo, la que usan los empleados. Y que no vaya a aparecerse, so pena de sufrir el enojo de su madre.

Esta es la última humillación que la hija puede resistir, y casi sin pensarlo, encuentra la forma de vengarse de su madre. No será un daño físico o material, pero de todas maneras, la venganza será muy dura. De alguna manera, sin embargo, prevalecen los sentimientos de nobleza y cariño, por más difícil que resulte imaginarlo durante la lectura.