miércoles, 29 de julio de 2009

Carta a Fernando Savater


Gracias, Fernando, por haber escrito Borges: la ironía metafísica. Es todo un género en sí mismo, creo, que escritores escriban sobre otros escritores, aquellos que admiran o que de alguna manera los han influido o conmovido a fondo.

Lo hizo Chesterton sobre Dickens y creo que algún otro autor; Vargas Llosa sobre mi compatriota Onetti; el mismo Borges con infinitos autores que admiró, y los ejemplos seguro que pueden seguir. Estas lecturas dan un goce doble. El de una aproximación privilegiada al autor objeto de comentarios, que llevará a conocer mejor su obra, y el leer a quien escribe sobre otro.

En Borges: la ironía metafísica, se nota tu pasión y tu admiración por el maestro Jorge Luis Borges, y allí logras transmitirla a otros lectores tímidos ante él. Para mucha gente, Georgie es "difícil" o "complicado" de leer, y esa gente se abstiene de hacerlo por tener esa percepción. Pero en realidad, Borges era un apasionado de la literatura como pocos, y quien comparta en cualquier medida esta pasión - sea más grande o más chica - tiene suficiente motivo para acercarse y disfrutarlo. Puede parecer complicado en algunos de sus cuentos, pero en realidad, son juegos bien elaborados, que ofrecen diversión más que cualquier otra cosa.

Tu me has confirmado la sensación de que no es necesario entender a Borges para disfrutarlo, porque en definitiva es disfrutarlo lo que nos permite entenderlo. La descripción que haces de la persona Borges y de su obra, tus comentarios y vivencias acerca de ella, provocarán en el lector la idea de conocer a Borges con solvencia, incluso aunque hayan leído en forma escasa al argentino. Si esa es la situación de cualquier lector ante la obra de Borges cuando lea tu libro, no te quepa duda que pronto la convertirá en abundante.

No sólo has ofrecido una obra de homenaje muy interesante y atrapante, sino que también has creado la necesidad de leer más al homenajeado. En lo personal, además, que Chesterton aparezca mencionado unas cinco o seis veces en el corto texto, me ha hecho sentir como en casa. Si Borges hubiera podido leer tu libro sobre Borges, se hubiera vuelto un gran fanático de Borges. Sin duda.

Gracias, Fernando.