Por ejemplo, resulta curioso un cuento en donde un sacerdote católico descubre que otro sacerdote, muy devoto de su fe, mató a su propio hermano de sangre. Y fue esa devoción por la fe lo que lo hizo cometer la atrocidad. Sólo otro sacerdote capaz de entender el espíritu de los hombres, pudo descubrirlo. Ningún policía sospechó de alguien tan deseoso de agradar a Dios en cada momento. Hizo falta no un detective, sino un conocedor del alma, del bien y del mal en el ser humano.

Una vez resuelto cada misterio, explicado cada hecho, el Padre Brown se dedica a intentar salvar el alma de quien acaba de cometer un acto fuera de la ley y que sólo él pudo ver. No condena, no entrega al delincuente a la policía, porque sabe de lo frágil del alma humana, y sabe que una persona puede arrepentirse y que la culpa es un sufrimiento grande. Uno de los primeros malhechores que desenmascara se convertirá en su ayudante en los cuentos siguientes. Al sacerdote que mató a su hermano, le promete no delatarlo pero lo convence a la vez de entregarse por su cuenta, porque será lo mejor para su alma. A otro hombre a quien también descubre en otro cuento, le pide que le redacte un texto - cual maestra de primaria - en donde detalle qué fue lo que lo llevó a cometer el homicidio. Allí el hombre le escribe que no sabe cómo pero que cuando mató a su víctima, supo al instante que había hecho algo malo, y le agradece al Padre Brown la oportunidad de poder decirselo por escrito.
El Padre Brown es ante todo una persona de mucha ternura y mucha humildad. Su sencillez y su sabiduría cautivan al lector con facilidad. También hará pensar a los lectores con frases inteligentes y reflexivas, que son breves pero tienen una profundidad de espíritu conmovedora. Al cerrar cada cuento del Padre Brown, de no más de diez o quince páginas cada uno, el lector le estará agradecido a su creador, el autor inglés G.K. Chesterton, alguien cuya obra es necesario conocer para todo admirador de la literatura.
Las imágenes incluidas en este artículo corresponden a las portadas de dos ediciones que hay en Uruguay de apenas una de las colecciones de cuentos del Padre Brown. De las dos, vale la pena la de Edaf por el prólogo Martínez Laínez, explicando las características del personaje comparado con otros protagonistas de cuentos policiales y con el resto de la obra del autor. La de Claridad, en cambio, tiene una mejor presentación si el libro se compra como regalo. En todo caso ambas son de los mejores regalos posibles que se le pueden hacer a alguien.
Ojalá pronto puedan encontrarse en la plaza local las otras cuatro de este fascinante personaje, así como las demás obras de Chesterton, entre las cuales hay biografías, ensayos políticos e históricos, poesía, novelas y cuentos. Más información (en inglés) del autor, su biografía y sus obras pueden encontrarse en el siguiente link:
http://chesterton.org/
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